Esta es una ceremonia muy bonita, es una de las más antiguas que existen. Es de las primeras ceremonias que fueron entregadas al ser humano. Está basada en la bendición, en la purificación del ser humano, -¿cómo?- a través del líquido sagrado del agua, a través del calor de la vida, uno puede recibir el soplo de la vida.
Este Temazcal es un Temazcal que está basado en el vientre de la Madre Tierra, que es donde uno es concebido, donde uno es alimentado como semilla para llegar a tener la unidad de todos los poderes del Universo.
El Temazcal es una ceremonia que es concebida como la “Cabaña de los Ancianos Piedras”. Y es la ceremonia del Fuego Sagrado, donde se lleva primero a reactivar el calor guardado en estas piedras de lava.
Se usan piedras que alguna vez tuvieron la solidificación, luego de tener el calor que viene de las entrañas mismas de la Madre Tierra, y que salieron a la superficie. Nosotros podemos recolectarlas y ponerlas en un montículo de madera donde podemos encender un fuego, poner un rezo, un buen pensamiento y pedir una ayuda a estos Ancianos que son las rocas de lava.
Estas rocas son calentadas y llevadas a una cabaña que es el ombligo de la Madre Tierra. Allí se depositan, y es donde la gente se reúne para recibirlas con plantas aromáticas. Se utiliza el copal para recuperar la memoria; se utiliza el palo dulce para conseguir ternura, la belleza de todos los espíritus a los que les guste aquello que es dulce, para tener dulzura en nuestro corazón. Se utiliza, también, la salvia, para escoger, solamente, lo que necesitamos. Y también se utiliza el cedro para bendecir todo lo que realmente tenemos, es el poder que bendice a todas las cosas, aquella planta que siempre es verde y que tiene el poder guardado para bendecir todo.
Se usan muchas plantas dentro del Temazcal para agradecer la vida, para bendecir la vida. De esa manera es como nosotros vemos la concepción misma dentro del vientre de nuestra Madre. Sentir dentro del calor de la vida, la presencia misma con un buen aroma, con una buena esencia, y con una buena presencia.
Es una de las ceremonias más antiguas que tenemos, donde recibimos el consejo de nuestro antepasados, de cómo fue que tuvimos esta vida que ahora tenemos. Entonces, al ponerse esta agua, todos los que estamos ahí vivos, por igual, un momento de intensidad dentro del calor. Estamos compartiendo una energía que es igual para todos, para nadie es diferente.
Dentro de esto, nosotros utilizamos rezos para convivir, para guiar. También cantos, tambores o sonajas para poder tener un recorrido por el Universo, por la creación misma, por el origen de la vida.
Dentro del Temazcal, tocamos todos los misterios que existen; es el principio que es el Fuego Sagrado, que es la energía pura, que es la presencia misma de la Creación. Pero es la Creación en movimiento, en tal manera que nos vuelve a poner, aquí, en la Tierra, con una forma física.
Este Temazcal nos da la oportunidad de darnos cuenta de los regalos que recibimos: el respirar, el darnos cuenta que existe un alimento que es inmediato, el aire, y que entra dentro de nosotros en forma natural, como el primer aliento, al llegar aquí, a esta Tierra. Y de esta manera funcionan dentro de nuestro ser, dentro de nuestra naturaleza. Cuando uno es capaz de ir así, hacia atrás en el tiempo, es cuando se reactivan las medicinas que están en el principio.
Dentro de la memoria encontramos todo esto.
También está el regalo del agua, que esotro de los regalos que aprendemos a recibir, después de respirar. Que es también el regalo del calor mismo, porque esta agua viene acompañada de una calor natural.
Ahí también nos damos cuenta de nuestro cuerpo; que tenemos un cuerpo; que tenemos un cuerpo, que sentimos y que es la presencia misma de la Tierra, de estos cuatro elementos que tenemos.
Todo esto es parte de la ceremonia del Temazcal, que nos lleva a darnos cuenta que primero fuimos energía, y después de ser energía, fuimos transformados en movimiento y después de ser transformados en movimiento, fuimos canales líquidos que fluyeron por todo nuestro ser como nuestra propia sangre, como nuestra propia naturaleza de ser. Después de ser estos movimientos y canales, que estaban dentro de nosotros, tuvimos la base, que es el hueso, que son las piedras. Después tuvimos una piel, que es la Tierra, que es la presencia misma del lugar donde vinimos a parar. Porque antes fuimos piedra, y esta piedra fue un ser que viajó por el Universo como un aerolito y que, de alguna manera, encontró su lugar aquí, en la Tierra y tomó cuerpo, tomó piel, que es la Tierra.
Este ser, cuando llegó, entró aquí y encontró que no solamente tenía este hueso, esta carne y esta piel, se dio cuenta que también tenía este líquido sagrado, que es la sangre, que es el agua. Tomó conciencia de su naturaleza de ser y ahí creó la sabiduría, el conocimiento; tomó conciencia de la unidad de todas las cosas, de la presencia misma del Espíritu y de estos regalos que El ha puesto a nuestro alcance.
Entonces, el Temazcal es donde uno se une con toda la familia dentro de la primera casa que tuvo en su existencia, y que es el vientre de la Madre Tierra. Ahí es donde nos encontramos en esta ceremonia celebrando la vida misma. Es una ceremonia de puro amor, de pura unidad, de pura vibración, porque ahí es donde volvemos a sentir el latido de nuestro corazón. Ahí es donde sentimos el funcionamiento de nuestra capacidad, al respirar, al alimentarnos del conocimiento guardado, del conocimiento perpetuado en las entrañas de la Madre Tierra, ahí es donde están los elementos necesarios para encontrar todas las medicinas que existen, para encontrar cómo estar bien en esta vida, cómo no sufrir ninguna enfermedad. Cómo estar en paz, en armonía.
Tomado del libro:
TEKPANKALLI, Aurelio Díaz. UNA VOZ PARA LOS HIJOS DE LA TIERRA: Tradición Oral del Camino Rojo. Iglesia Nativa Americana de Itzachilatlan. Illinois, 1996. Pgs. 51-60.